miércoles, 14 de julio de 2010

• Diferencia entre educación tradicional y educación a distancia


Hemos hablado en ocasiones anteriores sobre la situación actual de la educación y su relación con Internet. En ese sentido nos parece importante mencionar un tema muy de moda: la educación a distancia

Ya sabemos que las nuevas tecnologías permiten cada vez más una democratización constante del conocimiento, sin embargo también debemos tener en cuenta que los espacios de estudio reales se han convertido ahora en aulas virtuales. Es así como cada vez más universidades prestigiosas del mundo ofrecen cursos y especializaciones a distancia. Ciertamente es una gran oportunidad para todos aquellos que no tienen ni el tiempo ni el dinero para trasladarse a otra ciudad del planeta para seguir sus cursos favoritos. ¿No te parece? Se trata entonces de una educación más barata, más accesible. Por ejemplo podemos estudiar desde casa y no tener que pagar la manutención de un nuevo departamento, dejando de lado nuestros quehaceres laborales.

Para conocer más acerca del tema tomaré como referencia un texto del Consorcio de Universidades de la Unesco. Se trata del capítulo “Modelos de aprendizaje en educación a distancia” extraído del libro “Educación a distancia y nuevas tecnologías: Espacio de reflexión”. Pues bien el autor de este capítulo, Fabio chacón, nos indica que “la educación a distancia fue diseñada con el propósito de ampliar ese paradigma de clase eliminando las rígidas fronteras de espacio y tiempo que el mismo paradigma impone, es decir, ella demostró que los estudiantes y participantes podían aprender sin estar congregados en el mismo sitio y en el mismo tiempo”.



Es cierto, lo que antes era una premisa fundamental de los centros de estudio (el aula) ha mutado para convertirse en un espacio irreal y no táctil, al cual podemos ingresar gracias a la magia de los ordenadores. Es decir, que para ser admitidos en un centro de estudios no solo debemos tener capacidad y talento sino que además debemos de tener un elemento adicional: nuestro propio ordenador. Es como si la tecnología se hubiera adherido casi a nuestro cuerpo convirtiéndose en un órgano más.

Cada vez que hablo sobre estos temas me parece que estuviera escribiendo algún guión de película de ciencia ficción. ¿Qué pensaría Herbert George Wells si viviera? Seguramente no lo creería y deberían inventar nuestras y complicadas tramas que se desenvolvieran en el siglo XXV. Peor aún el caso de pensadores griegos como Aristóteles, Platón y Sócrates, quienes estaban convencidos que para estudiar y aprender los hombres debían reunirse en un mismo lugar para debatir.

Es cierto los ordenadores nos permiten disponer de la información necesaria para estudiar y realizar los trabajos que el centro de estudios nos asigne. Es decir podemos ilustrar nuestras monografías con texto, números, gráficos y hasta material audiovisual y animaciones flash. Y nadie niega que es un gran avance y una oportunidad para quienes, en este mundo de tiempos cada vez más escasos, desean profundizar sus estudios. Sin embargo creo que las aulas universitarias llegarán a añorarse. Ese vínculo social, el sentido de grupo, para mí es sumamente importante, es lo que yo denomino “una clase”. No lo comprendo de otra manera, seguramente porque no me he atrevido a llevar algún curso online.

En ambos casos, estudios presenciales y estudios virtuales, tendremos a un maestro que nos orientará, pero el goce de sentir y admirar al profesor en manera presencial es otro sentimiento totalmente diferente. ¿Quién no ha disfrutado alguna vez con un entusiasta maestro que ama su profesión? Los gestos, la manera de hablar, la forma de desenvolverse y hasta de llamar la atención y pedir silencio es algo que nunca gozarán quienes opten por la educación a distancia. Se trata, a mi manera de ver de una relación más fría, casi indirecta entre maestro y estudiante. ¿No es más bonito y amical hablar directamente con el profesor en vez de enviarle un e-mail con sus consultas? Aún así cuando podamos ver al profesor vía teleconferencia igual lo sentiremos inalcanzable y lejano, como cualquier estrella de la televisión y el cine.

Sin lugar a dudas, como en cualquier situación de esta vida, esta nueva forma de enseñanza llamada educación a distancia tiene sus pros y sus contras. Queda entonces en las manos de cada quien decidir entre comodidad y tiempo versus relación directa. ¿Qué escoges tú? Está claro que ninguna de las opciones es mejor que la otra. Cada una está diseñada para satisfacer distintas necesidades del estudiante, para adecuarse a un diferente tipo de aprendiz.

Algo que vale la pena destacar son los trabajos de grupo. En el caso de las clases presenciales, es obvio que ante una asignación grupal debemos reunirnos con nuestros colegas y amigos para cumplir con el proyecto. En la mayoría de ocasiones, el trabajo se mezcla con risas y bromas o tan solo con conversaciones amenas. ¿Qué sucede en el caso de la educación a distancia? Pues ahora los integrantes del grupo, obviamente no se reúnen en una casa o en el jardín de la universidad, sino que pasan a formar parte de una comunidad virtual, donde de igual manera deberán verter sus opiniones, colaborar entre sí y discutir los temas. Sin embargo el aspecto meramente social y lúdico queda de lado. Es una relación entonces más rígida, propia de las personas que no tienen tiempo que perder en banalidades, aunque ello no quiere decir que no podamos hacer amigos. Amigos podemos conocer en cualquier situación por más virtual que sea.
Otro aspecto que es necesario destacar es que la educación presencial tradicional hace uso de distintos elementos de investigación tales como libros, revistas, videos, e Internet. Debemos hacer una búsqueda in situ, en el aula para terminar nuestro trabajo. En el caso de la educación a distancia, básicamente la información la tenemos inmediatamente y si restricciones gracias a su herramienta fundamental gratuita: Internet.

Finalmente nos quedan las conclusiones de que la educación a distancia es más autónoma, independiente y hasta interactiva (tecnológicamente hablado) que el tradicional. Sin embargo la educación tradicional presencial, ofrece otros beneficios como la socialización directa, tan importante para el ser humano. Ahora que ya conoces básicamente la diferencia entre ambas ¿Por cuál te decides?

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